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lunes, 11 de abril de 2011

11-04-11

Seguimos en tierras de Cáceres, concretamente en Cuacos de Yuste.



Es un rincón del paraje que rodea el monasterio de Yuste, no es difícil imaginar al Emperador sentado en alguna de estas piedras, como si de un sillón real se tratara, meditando y buscando soluciones a los problemas del imperio que había dejado a su hijo Felipe II.



En medio del bosque nos sorprende el eco de unos pasos firmes y acompasados, como si de un desfile militar se tratara, pero no hay mas que un camino duro y gris.



Desembocamos en un lugar lleno de cruces de granito, grises y frías, con nombres extraños pero llenos de juventud, 19, 22, 24, 32, 35  años. 





Se trata del cementerio alemán de Cuacos de Yuste, soldados de la primera  y de la segunda guerra mundial, cuyos cuerpos se encontraban desperdigados por el territorio español y que por solicitud del gobierno alemán se reunieron todos en este lugar, cerca de su antiguo Emperador. Todos firmes e impasibles, custodiados por un batallón de olivos.

Jóvenes a los que una maldita guerra, organizada por el loco de turno, sesgó y truncó de forma violenta sus ilusiones, sus proyectos, ...........sus vidas. 

2 comentarios:

  1. Impresionante el Cementerio! y lo peor lleno de juventud...me ha llamado mucho la atención la foto del "Camino", me pregunto ¿a dónde conducirá...?

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  2. Bueno, despues de un tiempo sin pasarme por aqui, veo que no has perdido el tiempo, y que lo has aprovechado muy bien.

    Maravillosas fotos y muy bien narrada, todo tiene su encanto a pesar de que algunas son muy sombrias y tristes.

    Mi enhorabuena de nuevo. ya veo que la relajación y la tranquilidad te viene de perlas.

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