Hola de nuevo, hoy va de caballos y de una mujer, "Rocío", que siempre manifestó una sensibilidad especial con los animales y en este caso su pasión por los caballos le hace madrugar a horas intempestivas para atender y disfrutar de estos animales en una zona cerca de Madrid en las estribaciones de la sierra de Guadarrama, un lugar impresionante pero muy frío os lo puedo garantizar.
Un precioso animal de mirada penetrante y curiosa.
Digua es una potrita propiedad de Rocío, se esmera en cuidarla tanto que le ha puesto un abriguito para que supere los fríos del lugar.
Esta es la zona que os decía cerca de Guadarrama con las cúmbres de la sierra nevadas, y con amplios espacios para los animales.
Mirada infantil y agradecida por los cuidados y el cariño de su dueña.
En esta panorámica se aprecia mejor la magnitud del paisaje y el frío que dejaba las manos heladas.
Aunque dicen que los animales no piensan, este ejemplar con la mirada perdida parece pensar en pastos verdes y en otro clima un poco mas suave.
Este enorme caballo transmite mucha fuerza y poder pero que se doblega ante la actitud tranquilizadora de Rocío.
Esta es la yegua que también cuida y monta Rocío, aunque en este caso la veterinaria que atiende el picadero es la que acaricia al animal y este la reconoce.
Es Mascarita, una yegua joven de mirada despierta e inquieta que Rocío cuida y monta.
El animal se encuentra tranquilo y confiado por que la comunicación con su cuidadora es total.
Un bonita estampa de Rocío y Mascarita.
Una bonita imagen que refleja la complicidad de caballo, jinete y su padre.
Y en un pequeño refugio pudimos calentarnos un poco con la chimenea y algunos cafés.
Espero que os haya gustado esta pequeña ventana abierta al mundo del caballo y gracias a Rocío por enseñarnos y hacernos partícipes de su gran afición.
Hasta la próxima.