Como he estado ausente por tierras de La Rioja recopilando fotos para enseñaros, hoy subo ración doble para que no se me acumule el trabajo.
Sigo con las tierras de Cáceres porque hay rincones y escenas insospechadas, y pueblos como Garganta la Olla, de donde son estas fotos, que parece que el tiempo se ha parado en ellos. Espero que lo disfrutéis.
Posiblemente no tenga ningún valor histórico esta escalera, pero me llamó la atención el delicado colorido de las flores, que se afanaban por tapar el barandal.
Para que después digan que en Cádiz hay unas calles muy estrechas, la de la foto no creo que llegue a un metro en la parte mas ancha. Esta bien porque puede uno hablar con el vecino o tomar café con el, y cada uno en su casa.
A esta le he puesto Águila Roja recordando la serie de televisión, porque la casa parece un decorado de este personaje, sin embargo es una casa real, construida como hace mucho tiempo, o tal vez es de hace mucho tiempo.
Es una calle del pueblo con historias antiguas, con casas antiguas y personas con años a cuestas. Años sobre años.
Como un mudo notario, el portal de esta casa da fe de su dueño y del año en que la construyo, parece como si de pronto fuera a salir vestido a la usanza de la época para espetarnos, " ya esta bien de quedaros mirando a través de esos extraños cacharros, que no transmiten buenos augurios"
Menos mal que no salió, porque el mal augurio habría sido el.
Bueno y ahora algo de naturaleza. Estamos en el Valle del Jerte, el paraíso de los cerezos en este caso en flor. Para verlos así hay que coincidir en el momento de mayor floración y dura de dos a tres semanas, y nos decían que calculaban que había plantados unos tres millones de cerezos.
Tengo algunas mas, que ya os enseñaré.
Verdor, naturaleza y agua fresca, toda una armonía de color y sonido.
El precio de la sabiduría, espaldas curvadas, manos duras y arrugadas, pelo cano y mil historias que contar.